miércoles, 31 de diciembre de 2008

QUÉ IMPERTINENTE MANERA DE VOLVER. MARTHA DURÁN


Las soledades de este libro

Tan pronto abrí esta colección de relatos de Martha Durán, me llamó la atención una cosa: había mucho silencio allí adentro. Sus personajes nos hablan desde una profunda intimidad, hablan desde un poco más allá de sí mismos, desde la soledad prolongada. Hay mucha soledad en este libro.
Hay un camino que atraviesa todas estas historias, camino por donde transitan seres que creen estar a punto de morir, que están convencidos de que van a desaparecer, que van hacia un silencio sin retorno y sin cuerpo. Éstas, son historias íntimas, despobladas, historias internas, delirios, neurosis, soliloquios delimitados por el ruido del propio cuerpo, un sublevado cuerpo que, de repente adoptó comportamientos extraños, como de final, como de muerte.
En estos cuentos todo parece diluirse, el cuerpo, la memoria, el sueño, la ciudad, las palabras, hay un aislamiento, un alejarse del mundo físico, del contacto humano, una ausencia absorbente, que se presenta despótica y autoritaria ante unos personajes que sobreviven solos, sin armas para defenderse. Esto lo podemos notar, por ejemplo, en el final del cuento Debe ser el calor, en esta historia el personaje comienza a perder las partes de su cuerpo, comienza a sufrir de un proceso de mutilación involuntaria inexplicable: “Me aterra pensar –todavía lo hago- que al fin todo termine por irse. No me importaba una mano, una oreja, un ojo; pero todo, es impensable. Ahora estoy en un completo estado de emergencia, no tengo hambre ni sed, ni piernas, no escucho absolutamente nada; no sé si estoy de pie, acostado o cansado, y lo peor de todo es que tampoco he sentido sueño”.
Estas ausencias parecen ir ganando terreno, ir ganando espacio. Leemos más adelante lo siguiente en el cuento Perdónenme, por favor: “Quisiera pedirles disculpas, arrodillarme si es necesario, arrodillarme hasta sentir vergüenza de mí misma. Pero ya ni sé dónde está, con quién está esa yo misma que ahora debe estar seguramente preparando su huida” (Pág. 30). Al parecer habita en otro espacio que no es concreto, que no tiene cuerpo, ese espacio en el que se encuentra es un espacio desde donde todo se le es negado, es un espacio en el que se ha recluido por ser un expulsado, un confinado. Esta desmaterialización se presenta en varias ocasiones, como en el inicio del cuento Nada más: “Que la ciudad me expulsa a cada instante, que no me quiere ver. Que el sol calienta mis zapatos más que a los demás, que me quema los pies. Camino –ya desterrada, deshecha- por su suelo de concreto y éste se aparta, me deja caminando casi en el aire, sin piso donde pisar” (Pág. 53).
Hay así, en medio de esa exclusión, de ese aislamiento, de esas ausencias, un ser reducido a un espacio construido de palabras, de palabras íntimas y solitarias, de palabras que necesitan también pertenecer a algo. Sólo las palabras acompañan a estos personajes, las palabras que los construyeron y las palabras que les permiten sobrevivir, que les permiten aferrarse al mundo, o a sí mismos, porque esas palabras son suyas, son ese espacio donde no hay nada más, donde no cabe nada más: “Soy una palabra que camina, que busca que alguien la diga, nada más” (Pág.: 55). Hay una especie de obsesión por la palabra hablada o escrita, por los nombres; en torno a ellas giran los movimientos, las búsquedas, los recuerdos. Atemoriza la palabra, da miedo pronunciarla, posee un poderoso sortilegio más fuerte que cualquier cuerpo, cualquier casa u objeto material. El nombre asusta, pero atrae, busca una voz que lo pronuncia, quiere desordenar lo poco que aún se mantiene en pie. Leemos en Modestia aparte, el Verbo lo siguiente: “Creía que el lenguaje conspiraba en su contra, tenía la certeza de ser víctima de una insurgencia verbal que no podía soportar”. Acechan las palabras, con su peso evocador, a veces punzante. Un poco más adelante leemos: “Su nombre escrito en un viejo cuaderno lo sacudió de repente, lo sintió como un golpe, como un temblor, como una caricia luego. Se dio cuenta entonces de que podía también guardar palabras, de que esa tarea –vasta e inagotable- podía devolverle aquello que había perdido. Sólo tenía que empezar a nombrar, a decir” (26). Y, en efecto, en estos relatos descubrimos pasadizos metalingüísticos en árbol, tiempo, morir, vocal, acantilado, arena, escribiente, mañana… palabras todas con las que se habita, signos que ocupan un lugar casi material.
Sin embargo, aquí asistimos a una manera peculiar de habitar. El cuerpo está, moribundo, asimétrico, agónico, sin sosiego, pero no parece colmar un espacio. La narración es casi siempre a tientas, desde un estado hipnótico de duermevela, sin lugar definido como en algunos sueños. El personaje de repente se encuentra con la ausencia de su realidad física, es sólo una sucesión de impresiones, de sacudidas en las emociones. El personaje, en su perplejidad, espera que transcurra su acto puro de recordar, de extrañar o de morir hasta que finalmente, se calla, hace silencio, desaparece, se ausenta de todo oído. ¿Será que callarse es una manera de no estar en el mundo? ¿Será por el eco que no producen los sonidos que no emito? ¿Será que yo mismo me percato de mi existencia cuando el sonido que produzco rebota en las cosas que nombro? Puede que el entorno se nos haga patente sólo cuando regresan las ondas que nuestra voz creó con anterioridad, con el mismo principio que usan los radares para detectar objetos a distancia, para medir altitudes, distancias, velocidades. Al nombrar, pintamos el aire de colores oscuros para hacer visible los objetos tenues, exactamente como los radares. Nombrar puede que sea sólo el sonido del reflejo, la certificación de mi propia existencia. Nombrarse es mirar nuestra imagen en el espejo y comprobar que aún nos reconocemos en la marisma de rostros vistos e imaginados.
En uno de los relatos, que también es una mezcla de ingenuidad y de violencia, el personaje se mira al espejo. Ve una niña de ojos café con su morral y sus creyones de cera, pero con ojos color café de mirada triste, cuyo cansado cuerpo ansía balancearse en una mecedora hasta quedarse dormida, a quien “…los huesos le pesan como fósiles, como materia vetusta que aún no ha sido descubierta por algún arqueólogo”. Estar en la intersección de los tiempos, no saber qué edad se tiene, ¿seres limpios, recién llegados o ejemplares resecos sobrevivientes de cataclismos prehistóricos?, ¿tenemos la edad que nos susurra la memoria o la que notamos en el pergamino de la piel? En la narración de la que hablo (Que me siento vieja y sólo tengo ocho años), se propone el recurso del regreso, de detenerse y dar marcha atrás para, quizás, comenzar de nuevo, volver a ese silencio del útero como una manera más deseada de morir, con una muerte maternal, que genere también olvido, y, como ya se dijo, también silencio.
Igualmente, en el cuento Extranjero también asistimos a la confusión, a la ocultación. En este caso, un pequeño lapsus, un simple descuido: sólo se ha olvidado de sí mismo, de su vida de siempre. Por selección natural, prefirió ser un recién llegado, un neófito en las situaciones de su única vida; decidió olvidar lo acostumbrado. Sabia decisión ésta, a mi modo de ver; inteligente despropósito, interesante recurso para los que ya no recuerdan qué es acabar de llegar, para los que ya no se acuerdan a qué supo por primera vez un beso o la piel ajena que duerme con nosotros todas las noches. Por lo tanto creo que este libro pudo haberse llamado también: Manual para perderse suavemente o Guía práctica para desaparecer en la tranquilidad de su hogar, o también, Cómo encontrar momentos para morirse. Aunque, ¡cuidado!, advierto que no es tan fácil como parece, existe la posibilidad de que lleguemos a extrañarnos a nosotros mismos, estamos ya bastante acostumbrados a este latido, a estos bostezos, a estos olores, a este raro envoltorio que no deja que la sangre se salga sola, puede que, luego, queramos volver a sentir este peso de estar o la sensación de habitar algún espacio del mundo. Deberíamos estar prevenidos por si llega a aparecer esta añoranza distinta; queda a riesgo de cada quien.
Desde la infancia que recupera el narrador en El patio o en Nunca la había visto llorar, se siente la aproximación al silencio, se comienza a transitar por la senda de la mudez y, al mismo tiempo, comienzan a ser evidentes las pequeñas marcas que deja la soledad en el cuerpo. Aquí vemos esto con claridad, dice: “A algún lado debe ir a parar la soledad, a algún lugar del cuerpo quiero decir, debe dejar una huella, una estampa latente, un síntoma quizá”. Éstas y algunas otras son las soledades que me trae este libro.

Luis Ángel Barreto

martes, 30 de diciembre de 2008

HAROLD PINTER PONE PUNTO ...Y SIGUE



Harold Pinter (10 de octubre de 1930 - 24 de diciembre de 2008) fue un dramaturgo, guionista, poeta, actor, director y activista político británico, ganador del Premio Nobel de Literatura en 2005. Escribió para teatro, televisión, radio y cine.

Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Harold_Pinter

3 poemas:

Las bombas

No quedan palabras por decir
sólo nos quedan las bombas
que estallan en nuestra cabeza
sólo nos quedan las bombas
que chupan lo último de nuestra sangre
sólo nos quedan las bombas
que lustran los cráneos de los muertos

Democracia

No hay escapatoria.
Salieron las grandes pijas.
Se cogerán todo en su camino.
Cuidado con tu trasero.

Reunión
En la noche oscura como la muerte

Los muertos de antaño miran hacia
los nuevos muertos
que avanzan hacia ellos

Hay un leve palpitar
cuando los muertos abrazan
los muertos de antaño
y abrazan a los muertos nuevos
que avanzan hacia ellos

Lloran y se besan
al reunirse nuevamente

por primera y última vez

Tomado de: PINTER, Harold (2006). Guerra/War. Traducción y prólogo por Andrew Graham-Yooll. Ediciones de la Flor. Buenos Aires, Argentina.

martes, 23 de diciembre de 2008

DE TÚ A TÚ CON RAFAEL MARÍA BARALT




El gran instrumento de las per-versiones...

Estas imágenes corresponden al recital de literatura venezolana que realizó Per-Versos en el liceo Rafael María Baralt el día sábado, 20 de diciembre, como parte del I Encuentro Cultural Navideño, enmarcado en el cierre del año académico de la Misión Sucre.
Anteriormente, el día jueves 18, se realizó otra lectura. Esas imágenes vienen en camino.
Saludos decembrinos con carcajadas per-versas (léase "Buajajá").

jueves, 11 de diciembre de 2008

¡AJO!


"No me tires de la memoria
que yo vengo del punk
y la cresta la llevo en la lengua"

Esto es un poema de la madrileña Ajo. Más adelante les echo un cuento de ella y sus micropoemas... y otras cosas.

domingo, 23 de noviembre de 2008

JUAN CALZADILLA. "BICÉFALO"


Juan Calzadilla (Altagracia de Orituco, 1931) sigue siendo bastante per-verso aunque no se escuche ya nada del Techo de la Ballena. Su Bicéfalo (1978) era una lectura pendiente, luego de haber leído varios de sus poemarios -que repiten los mismos poemas en cada nueva antología... pila, editores...-. Ahora les dejamos con algunos fragmentos que quedaron re-sonando, haciendo eco en el e-lector que somos.
1.- "...en lugar de ellas, las palabras con que son designadas esas cosas, las sustituyen. Y empiezo a ver iluminarse las palabras en cada sitio antes ocupado por las cosas, resplandeciendo y oscureciéndose sucesivamente..."
Muy a lo estudiante pienso que esto debe ser algo así como John Langshaw Austin llevado a lo más radical, in extremis, pues. Él propone "hacer cosas con palabras" y Calzadilla... ¡ERROR! Bernabé, el personaje, ve palabras en lugar de las cosas mismas. Este puede ser tranquilamente el mejor argumento de la poesía visual/experimental; no otra cosa hicieron Huidobro, Tablada, el mismo Calzadilla, Ogaz, los concretistas brasileños, Lewis Carroll... y hasta no-poetas como Joseph Kosuth y Barbara Kruger.
Imaginemos por un momento sentarnos sobre la palabra "silla" en vez de sobre una silla, o que miremos de frente la palabra "sol" en lugar del sol... ¿Cómo sería ese eclipse?
Esto es el signo lingüístico a plena luz, como si pudiéramos mostrar el reverso del lenguaje -como se hace con un pantalón, por ejemplo-. ¿Por eso me gusta? Qué básico se puede llegar a ser, ¿no?
2.- "Hay un momento en que el aparato locomotor fija residencia para siempre en sí mismo, nos desobedece, negándose a marchar a nuestro lado."
No sé, sencillamente me detuvieron estas palabras cuando pasé por ellas. Me pregunto qué hace que me guste esta cita y aun no doy con la respuesta. Bueno, quizá sea por la bifurcación que se produce -¿es aquí cuando cobra sentido ese bicéfalo?-, como si de dos personas se tratara. Una cosa es el yo y otra muy distinta el aparato locomotor. Entonces, ¿cuántas voluntades habitan el yo? Como si me importara; esto es literatura, no psicología. En fin, creo que me gusta por el simple hecho de ser tan metáfora, tan sí pero no, tan circunloquio -ya me voy poniendo pajúo-; un caballito rítmico que se afinó bien antes de salir a trotar.
3.- "Lo hacía a Ud. más recatado de palabras. Inocente como una caracola. Pero se desata, se delata, lata, talata."
Porque sí. Porque me gustan las jitanjáforas. Porque me gusta ver moverse las piezas del lenguaje. Porque me gusta la paronomasia -ahí viene el pajúo otra vez-. Porque sobreabunda el ritmo. Porque me gustan los elementos iterativos, que repiten, que repiten, que repiten, que repiten, que repiten, que repiten, que repiten...
4.- "¡formo parte de la ciudad, soy la ciudad misma! Si camino, ella camina en mí. Somos."

SUCESOS PER-VERSOS

A pesar de que nos perdimos un poco, cosas perversas han ocurrido a nuestro alrededor. Por ejemplo, a Miguel Ángel Hernández le publicaron 4 poemas en la revista De Palabra (Año I, Nº 1 y 2), después de haberlos entregado hace poco más de 3 años a uno de sus editores.
También se espera la inclusión de otro per-verso en un par de antologías, incluyendo una en el exterior.
Pero lo que acaso no tenga émulo en cuanto a per-versiones, es la premiación «estímulo» que le otorgarán a Luis Ángel Barreto y a Miguel (menciones poesía y ensayo e investigación literaria, respectivamente) este 29 de noviembre. Como dirían los de Apatía-No: «Cuando el rumor es información».
Acá les dejamos parte de la nota de prensa:
«Premio Estimulo [sic] al Mérito Literario "Andrés Mariño Palacio" a: Luis Ángel Barreto, en Poesía; a María Elena Beltrán, en Narrativa; a Jeissy Trómpiz en Dramaturgia; a Miguel Hernández en Ensayo e Investigación Literaria; a Kimberly Orozco, en Promoción y Difusión de la Literatura, y a Edgar Méndez la Mención Especial.»

lunes, 20 de octubre de 2008

MIGUEL HUEZO MIXCO Y DIAMANDA GALÁS: ENGENDROS DEL MAL

Per-Versos se viste de negro para presentarles algo realmente perverso. Si la muerte es una oración fulminante del poeta salvadoreño Miguel Huezo Mixco. Pero esto no es lo peor: presentaremos este poema en la voz de un engendro del demonio. Diamanda Galás, enviada de Belcebú, vino a la Tierra a gritar junto a los moribundos. Espero sepan disculpar la pronunciación, ella sólo habla en lenguas.

SI LA MUERTE

Si la muerte viene y pregunta por mí
haga el favor
de decirle que vuelva mañana
que todavía no he cancelado mis deudas
ni he terminado un poema
ni me he despedido de nadie
ni he ordenado mi ropa para el viaje
ni he llevado a su destino el encargo ajeno
ni he echado llave en mis gavetas
ni he dicho lo que debía decir a los amigos
ni he sentido el olor de la rosa que no ha nacido
ni he desenterrado mis raíces
ni he escrito una carta pendiente
que ni siquiera me he lavado las manos
ni he conocido un hijo
ni he emprendido caminatas en países desconocidos
ni conozco los siete velos del mar
ni la canción del marino
Si la muerte viniera
diga por favor que estoy entendido
y que me haga una espera
que no he dado a mi novia ni un beso de despedida
que no he repartido mi mano con las de mi familia
ni he desempolvado los libros
ni he silbado la canción preferida
ni me he reconciliado con los enemigos
dígale que no he probado el suicidio
ni he visto libre a mi gente
dígale si viene que vuelva mañana
que no es que le tema pero ni siquiera
he empezado a andar el camino

lunes, 22 de septiembre de 2008

LA SENSIBILIDAD MINERAL. "EDUCACIÓN POR LA PIEDRA" DE JOÃO CABRAL DE MELO NETO

“Una educación por la piedra: por lecciones;
para aprender la piedra, frecuentarla;
captar su voz sencilla, impersonal…”

En 1966 aparece el libro de poemas Educación por la piedra de João Cabral de Melo Neto, en el cual encontramos ciertos elementos para el esbozo de un ars poética de este escritor brasileño. De esa colección de pequeñas rocas brillantes se pueden tomar muestras fragmentadas que permitan un acercamiento a su manera de escribir, a su manera de empuñar el cincel.
La poesía de Cabral de Melo Neto tiene la sequedad y la dureza de la piedra. Escribir con la piedra. La misma piedra que ulcera la boca del habitante del Sertao brasileño cuando habla. Escribir sobre la piedra. Lentamente, quizás dolorosamente, hiriéndose las manos. Este escribir es algo espinoso, algo cortante, es como agarrar un erizo, que aunque permanezca inmóvil, punza. Dureza contra dureza. La piedra es hoja, es pizarra, es pluma o lápiz.
La piedra de Melo Neto educa el lenguaje, el hablado y el escrito; educa, incluso, el pensar. Forma un camino interno modelado a pulso, un camino sinuoso e intrincado. Esta poesía educa el ritmo de la escritura, pero también hace lo mismo con el acto de leer. Preconiza la lentitud. Para él, todos los sentidos deben estar alerta al iniciarse la lectura. No entregarse al descuido, al fácil deslizamiento que ofrecen ciertas palabras juntas; no dejarse llevar de la mano del sonido de las palabras en un recorrido a tientas y despreocupado, un caminar sonámbulo.
A Cabral de Melo Neto no le gusta la rapidez fluvial, no quiere fluidez. No quiere un poema-río. Solicita del lector sumo cuidado al avanzar, por eso coloca tantas ramas secas en el suelo, tanta astilla. Demanda un lector paciente, pausado, un lector que disponga de tiempo: no se puede correr a través de esta rugosa sequedad.
Aquí, a su vez, se habla de una educación agrícola, una agrotécnica de la palabra (lo que en Altazor sería una aeronáutica de la palabra, o en Pereira una pirotecnia). Su escritura demuestra habilidad en la escogencia de la palabra óptima, por su olor, su peso, su coloración y textura. Luego, se trabaja en ella, se modela. Por lo general se la hace cóncava, así es más útil. Puede ser usada para meter dentro de ella al hombre, cual matriz, puede usarse como techo para protegerlo, o puede ser llenado con agua como si se tratara de una vasija.
Construcción con palabras. Palabras como piedras, no como ladrillos, piedra sobre piedra; irregulares como las palabras mismas. Construir el poema de la misma manera como Juan Félix Sánchez construía en El Tisure: hay que buscar la piedra que encaje, no todas se dejan poner junto a otras. Por eso el poeta es albañil, maestro de obra, es agricultor, artesano, minero, tallador. La poesía de João Cabral de Melo Neto es la escritura de la piedra, es una verdadera litografía.

Luis Ángel Barreto

miércoles, 10 de septiembre de 2008

EDICIONES CARTONERAS



De nuevo, un colaborador per-verso nos envía una información de lo mejor: webs de varios colectivos o asociaciones culturales que se dedican o tienen experiencias con ediciones artesanales, cartoneras, a punta de pintura y exacto, etc.; al estilo de Eloísa Cartonera, en Argentina. A ésta se suman Sarita Cartonera (Perú), Yerba Mala Cartonera (Bolivia), Animita Cartonera (Chile) y una experiencia realizada en la comunidad de Santa Rosa de Agua, en Venezuela: http://ecologiactiva.blogspot.com/2008/03/asiste-la-exposicin-de-la-s-eco-guas.html.
Seguramente estamos dejando a la mayoría por fuera; siempre es más lo que nos falta por conocer. De todas formas, ya los encontraremos en el camino.

ELIANET LAGUNA. 2 POEMAS

1
Mar de saliva
que inunda poco a poco mi cavidad bucal.
Saliva que cubre mis dientes, mi lengua
Lengua de arriba abajo,
ápice que roza los alvéolos
el cielo completo de mi boca.
Cosquillas.
Saliva, saliva, saliva
y de repente mi lengua es más larga
dorso interminable,
la lengua baila en mi boca
la siento cóncava, ahora convexa.
El postdorso es cada segundo más grande
y asciende mientras toca el velo del paladar
explota mi boca.
Mar de saliva
que ahora se seca
y mi lengua destruida
que no quiere articular más palabra.

2
Miro el cielo,
el mismo cielo
que allá tan lejos donde estás
se derrumba sobre vos
y nos aplasta.
No, no veo el punto y final.
Somos dos puntos suspensivos tuyos
porque el tercero
es uno de nosotros,
vos, o tal vez yo
que no quiero comprender el poema.
No es mi idioma, me digo.
Otra cosa.
Oración yuxtapuesta.
Cielo viene de caelum.
Una palabra más pesada,
Y terminamos aplasta-dos.
a- plasta – dos
plasta - dos
¿Ves?
Somos una mierda.

domingo, 7 de septiembre de 2008

"A LÍNGUA É MINHA PÁTRIA" (CHICO BUARQUE X 2)


Al principio pensaba hacer una nota medio crítica, más tipo reseña bibliográfica, pero luego me dije que no, que dejara hablar a Chico tranquilo. De todas formas, es muy probable que todo se resuma a pura "pereza crítica" (mal del que se adolece hoy). Sea como sea, acá los dejo con varias citas de la novela Budapest de Chico Buarque. Una lectura recomendada al 100 %.

1.- "...temí que en aquel momento me dijese: poséeme, hazme el amor, fóllame, jódeme, destrózame, ¿cómo dirán las húngaras esas cosas?"
Primero la risa que pone en evidencia el placer de lo recién escuchado, luego la pregunta: ¿qué hace que me guste tanto? Evidentemente, el tema; porque aquí se habla del lenguaje, de las palabras, no de otra cosa. Y sí, tengo predilección por ese tema.
Chico nos "acerca" a la lengua húngara, con la que nada y poco menos he tenido contacto, que se presenta lejana en extremo, y nos (me) parece natural que haya cosas que sólo en nuestra lengua materna se puedan decir.
(NOTA: pero Chico es brasileño y habla portugués. Entonces, ¿parece natural decir ciertas cosas en español y portugués solamente? Pobres húngaros, polacos, vascos o esquimales que no pueden amar naturalmente...)
2.- "Tal vez la muchacha tenía una manera de cantar la lengua que yo, aun sin comprenderla, podía pillarla de oído."
Lo primero que me viene a la mente es: Chico tiene que estar burlándose de nosotros; claro, con lo músico que es, pillará seguramente el húngaro, el finés, las lenguas aborígenes e incluso las muchas lenguas muertas. Pero, ya va: Chico no es el que habla, ¿o sí? Pobre José Costa... (protagonista de la novela).
3.- "Aquel día entré en su casa con el propósito de aclarar las cuentas y dar por cerrado aquel curso de mierda. Pero antes de irme haría un pronunciamiento en lengua portuguesa, en un portugués brasileño y muy rudo, con palabras agudas terminadas en ão y con nombres de árboles indígenes y platos africanos que le diesen miedo, un lenguaje que redujese su húngaro a cero."
José Costa (Zsoze Kósta) recibe un curso de húngaro de una tal Fülemüle Krisztina, con la que además tiene un romance. Tras un malentendido por cosas del lenguaje, él se molesta; luego viene el pasaje citado.
Supongo que me gusta por la manera casi "terrorista" en que defiende su lengua materna, haciendo hincapié en las obviedades, en las características que primero nota el de afuera (ese "ão" del portugués, por ejemplo).
Cuando habla de defender su lengua aparece visceral y parece (o se me antoja) que mostrara el esqueleto del portugués brasileño: rudo (aunque yo usaría el adjetivo "musical", más bien), palabras agudas terminadas en "ão" y palabras de orígenes indígena y africano.
4.- "Tuve miedo de, en un arrebato, atraerla contra mi pecho y decirle las cosas que sólo sabía decir en mi lengua, llenando sus oídos de palabras indecorosas, quizá africanas."
En la misma onda del fragmento anterior. Se le suma lo que comentábamos respecto a la primera cita: hay cosas que sólo atinamos a decir en nuestra lengua materna (cólera [léase rabia, arrechera], amor, dolor, pérdida, miedos, etc.).
Cosas, no palabras...
5.- "Volví a llamar y a llamar y a llamar, hasta darme cuenta de que llamaba por el placer de oír mi lengua materna: hola, soy Vanda... Entonces se me antojó dejar un mensaje después de la señal, porque hacía tres meses, o cuatro o más, que yo tampoco hablaba mi lengua: hola, soy José. Había un eco en la comunicación, soy José, que me daba la impresión de que las palabras salían extraviadas de mi boca, Vanda, Vanda, Vanda, Vanda. Y comencé a abusar de aquello, y dije Pão de Açúcar, marimbondo, bagunça, adstringência, Guanabara, dije palabras al azar solamente para volver a oírlas."
Este fragmente es de lo mejor. Deviene casi en acto amoroso, corporal, por el ritmo, el frenesí del mismo; es un tren incontenible, explosión. Como diría otro tipo ahí: "Gosta de sentir a minha língua roçar a língua de Luís de Camões". Pura palabra concreta como querían los hermanos De Campos y compañía.
6.- "...a medida que perfeccionaba mi literatura, naturalmente comencé a descuidar la relación con Vanda. De tanto dedicarme a mi oficio, escribiendo y reescribiendo, corrigiendo y depurando textos, esmerándome en cada palabra que ponía en el papel, no me quedaban buenas palabras para ella. Ya no tenía ganas de manifestarme ante ella, y, cuando lo hacía, era para decir tonterías, lugares comunes, frases desaboridas, con errores de sintaxis, cacofonías. Y si alguna noche, juntos en la cama, me acudían a la boca palabras adorables, yo las contenía, las economizaba para un futuro uso práctico."
No sé qué comentar. ¿Es que a tanto llega el gusto por las palabras? ¿es que puedo besar la "boca" en lugar de una boca? ¿es que puedo acariciar el "cuerpo" en vez de un cuerpo? Sí, alguna vez dijo André Breton que las palabras hacían -hacen- el amor, pero -OJO- entre ellas, son endogámicas, no nos invitan.
Sólo una cosa: el lenguaje también es un cuerpo.
7.- "...cuando aprendí a tomar distancia del yo del libro, mi lectura fluyó."
Una clase de narratología, pues...
_____________________________
Para finalizar, los dejo con esta Construção que de-construye el lenguaje tan concretamente que, en efecto, deviene cuerpo, materia, en la canción.

P.D.: Gracias a Caetano Veloso por prestarme un verso para el título de esta entrada. El mismo lo extraje de la canción Língua, del disco Velô (1984).

miércoles, 3 de septiembre de 2008

PER-VERSOS.MP3

Gracias a la paciencia y la buena disposición de Nicanor A. Cifuentes, hoy ponemos a disposición de la gente medio per-vertida que visita este blog el audio de la reedición de la Disección poética de la anatomía perversa en formato mp3, así que pueden descargarlo, guardarlo, quemarlo, pasarlo de mano en mano y hacernos los más famosos... ¡Buajajá!
Lo que deben hacer es:
1.- Abrir el reproductor de su computadora.
2.- Ir a "abrir dirección URL".
3.- Copiar esta dirección (http://boxstr.com/files/3393855_eq3tr/Per%20versos.mp3) en la ventana y listo.
4.- O hagan clic en la dirección a ver qué pasa...

sábado, 30 de agosto de 2008

LUCÍA BORJAS: FOTOGRAFÍAS + TEXTOS




EL CUERPO

El cuerpo pesado, el cuerpo etéreo
El cuerpo en bruto, las estrías, la celulitis, el mal olor, el buen olor,
El aura del cuerpo

Frente a la tele, cambio los canales, paso a paso hundo el botón del control hasta que se queda atascado y ya voy viajando a través de la pantalla, a la velocidad que mi dedo tarda en ir de un canal a otro. Viajo por las nuevas modas, por las tendencias, por el nuevo entretenimiento.

Ahora el cuerpo ha aumentado su valor. Su morbosidad radica en mostrarnos la realidad, las tetas caídas y huidas, los labios arrugados, el ombligo introducido en un torbellino de grasa, las nalgas a media pierna, entre otras perfecciones.

Un doctor aparece en escena, pinta líneas de bellaza sobre sus fieles.

No entiendo por qué nos someten a ver una cirugía plástica, cómo el bisturí se introduce en pecho de aquella mujer, en los glúteos de aquel hombre, en las cejas caídas de la señora de edad…

¿Por qué me muestran lo que hay debajo de la nariz? Una señora anestesiada con la cara abierta de par en par, como si fuera un carro en reparación.

Ahí está… la grasa que sale por los muslos de manera desmedida, ahí veo que debajo de la piel todo es rojo, y adentro de las piernas todo es un blanco medio amarillento.

¿Por qué me tienen que decir de qué estamos hecho?

Hombres feos, mujeres feas, mal vestidos, gordos, desarreglados muestran con orgullo su antes y después.

Máquinas, cremas milagrosas, programas de ejercicio nos inundan con sus falsas promesas sobre el cambio, sobre la evolución de nuestro cuerpo.

Creo que es el grito desesperado, de la decisión que hemos tomado hace muchos años ya… de la separación del cuerpo y la mente. Es el grito que nos dice ¡ya!, que es hora de disfrutar de la vida, sin pensar tanto, o mejor dicho “nunca pensar”.

Es el momento perfecto para un beso inflado de bótox.

* * *
Los dedos húmedos entre tu largo cabello
La barba haciendo cosquillas en las palmas de mi mano
El olor a talco
Tu línea esbelta
Tu espalda suave
El huequito en tu pecho
Un hoyo negro en mi corazón.
* * *
Vacío extravagante,
único,
tan mío como mi nombre,
tan grande como mi amor.
Lo siento, la luz se hundió en ese vacío
Y no veo más nada.
* * *
Cuando cae un sucio en mi mirada,
cuando la ventana del alma se me empaña,
cuando me desconozco ante el espejo.
le tengo miedo a la mentira.
Me desnudo…
* * *
Mis dedos miran la luz.
Juegan moviéndose alrededor.
Hacen sombras, hacen luces
que desconciertan a las hormigas.
* * *
Silencio en mi cuarto
No hay palabras en mi alma
Sólo el rumor, un ruido muy lento
El de una máquina
Mi corazón

2 TEXTOS. DARÍO TELLO

A Julio Cortázar por su
“Canadá dry”

Qué sino extrañarte esta madrugada que no se acaba, recuerdo detalles de ti, tu falda negra que siempre te pones con esa boína azul oscura, tus innumerables pulseras, detallitos que siempre tienes en tus brazos. Sabes, recuerdo que no te gustaba comer carne de ninguna especie, que ya para ese entonces habías optado por ser vegetariana, que no te gustaba que fumara Marlboro rojo porque entonces no me podrías pedir un jaloncito de mi cigarrillo porque te parecía muy fuerte para tu garganta y tus pulmones, que disputábamos los turnos para leer fervientemente a Cortázar en mi apartamento atestado de libros. Juntos, tirados en la cama…y sí, no te tengo, estás ausente, ya no estás en mi apartamento que ahora está lleno de recuerdos, de momentos en que te evoco y pareces que estás a mi lado sentada en el diván de la sala y me parece que te abrazo y que comienza la lucha cuerpo a cuerpo, ese diván convertido en el más terrible campo de batalla, perenne, desalmada, sin tregua. Y en el momento en que ya logro dominarte, en el que te palpo suave pero firme, me acomete la triste realidad de los derrotados, el saber que lo imaginado es sólo una triste ficción que me invento, el saber que te fuiste segura de ti misma, autosuficiente y avasallante como un huracán a su paso por una isla del caribe dejándome naufragar solo en esta pequeña isla.
Abandonado esta madrugada, bajo la oscuridad del cuarto no hago más que encender cigarrillo tras cigarrillo esperándote sentado a la salida del baño, inmerso en mis pensamientos recurrentes, en recuerdos que vuelvo a vivir cada vez que me siento como esta madrugada: me debato en la nostalgia y la melancolía de no tenerte a mi lado mientras fumo y leo poesía, no tengo esa agradable y enfadosa presencia que me daba tu cuerpo al lado mío, ni tu exquisito perfume que no volveré a percibir más, porque no saldrás de la puerta del baño, mojada y envuelta en una larga toalla verde, ni dejarás caer esa toalla para que nos encontremos en la oscuridad, te habrás vuelto recuerdo, serás inmortal cada vez que te evoque en una madrugada como ésta y volveré a perderme en tus cabellos, volveré a recorrer con mis labios tu cuello, serás mi eterno divertimento, serás uno de los paraísos perdidos de los que habla Borges. Aunque te hayas ido yo todavía te seguiré esperando sentado a la salida del baño y volveré a fumarme un cigarrillo y volveré a esperar…

Paulette

Paulette no me ama. Terriblemente abrumadora es esta desdicha causada por su terrible mirar, mirar que atenúa mi melancólica esperanza, que se aviene y aparece a cada vuelta, en cada recodo, en los sitios oscuros de mi Maracaibo de noche… y vuelve ella a aparecer y mis pensamientos divagan por las calles y pienso lo mil veces pensado, lo mil veces ya decidido. Ando como un autómata en callejones viejos bajo la sombra de la penumbra maracucha. Paulette no me ama. Y no queda más que desistir, comprender, resignar, todo se acabó… y de verdad ¿se acabó? ¿Hubo realmente un principio? Paulette no me ama puedo, ser su hermano, su hijo, su amigo pero jamás su “affaire” su amante de turno. Y estoy postrado y tengo impedido las delicias y placeres de su cuerpo. Todo se acabó, no queda más sino aquella mítica y esperanzadora frase repetida por Paulette, Alhena, Gloria… de la pronta llegada de una hermosa advenediza. Frase que se me antoja quimérica, lastimosa y de un consuelo egoísta. Paulette no me ama y sin embargo es la madre tierra y yo soy su hijo que depende de sus cuidados, sus amores y complacencias… y sin embargo no me ama y estoy conciente que se acabó todo, mis trabajos y menesteres en el óvalo, en aquella plaza de toros donde trato de sortear cada embestida que se viene a mí y que no siempre esquivo. Paulette no me ama y escucho callado su frase final que se adviene como una cornada: “galán, todo terminó, se acabó tu faena.”

viernes, 29 de agosto de 2008

4 POEMAS. JULIO ALBERTO PUCHE

Mariposas
Sobre las pequeñas flores nocturnas
Una mariposa color chocolate
Que volaba
Muchachas queridas cuando abrían sus piernas.
Piernas bondadosas
Y la mariposa sonreía en las tardes
De mi infancia

Dedos
Mis dedos magos
De una memoria táctil
Oruguillas por los mojados intersticios
Maltratados muñones salando quesos
Matemáticos sobre la constelación de lunares
De la amada
Torpes para armar y desarmar el sostén
Desequilibrio del sentido.
Quemados y olorosos
Silenciosos soldados del amor

Fantasmas
Perdí mis dientes
Espectros rondan tus pezones
Los lóbulos, tus nudillos
Hay noches que no duermes
Erizada hasta el tuétano
Y las manos dobladas para atrás
Y los dedos enrollados como caracolas
Quieren exorcizarte
Porque maúllas como gata
Porque cantas como sirena
No saben que ahora mis dientes
Rondan tu espalda

* * *
Hay zonas de mi cuerpo
Que experimentan un aprendizaje sensitivo
Aprendieron a alterar
Mis codos mis rodillas
A redondas nalgas juveniles
Estallando carnosas de
Un pupitre liceísta
A soñadores vientres
En los autobuses escolares
Y a novias pudorosas
Con muslos indescifrables
Enamoradas de tipos un tanto locos
y más aún amigos íntimos.
Siempre busqué
Como un vampiro que
Bebe estremecimientos.
El temblor,
La respuesta de esa carne,
Un golpe, un pellizco.
Me alimenté de sensaciones
Hasta el momento en que la mano
Rozó mi cuello
Y huyeron gallinas de mi carne de escolar.
Con amor recuerdo esos días de desfachatez
Sinvergüenzura,
Cuando se es joven, se es secreto
Y el cuerpo es más que todas esas locas
Mariposas que vuelan en la panza
Y todo es peligro reto aventura

martes, 26 de agosto de 2008

PER-VERSOS EN PAPEL

Algunas publicaciones per-versas:


Arqueología de olores, de Luis Ángel Barreto. Fundación Editorial El Perro y La Rana. Caracas.


Tierra común. Poesía de Venezuela y Colombia (La Mancha Ediciones, 2008). Acá aparece publicado Nicanor A. Cifuentes.


Antología del descapotable, Eduardo Alfonso Pepper y Pinipón. Edición "artesanal" y limitada a 100 ejemplares hecha por los mismos autores. Suburbio Editores. Maracaibo.


Historias parecidas, distantes y distintas y otros cuentos, de Julio Alberto Puche. Edición "artesanal" y limitada a 100 ejemplares. Suburbio Editores. Maracaibo.

sábado, 9 de agosto de 2008

5 POEMAS. MARÍA ELISA VERA

I
Él
Invitación a morir
allí
donde nadie lo esperaba
se deleitaba recorriendo la piel
barro y tambor
cubierta que resguardaba
ese cuerpo remoto
Ella
vapor de olores y sabores
Respuesta inmediata
Medida exacta
Él
descendía desde la más alta suavidad
por lunares y colinas
guiado por la sed
sin prisa
hacia el centro cálido y expansivo de aromas dulces
Ahí se quedaba
Boca pegada a la piel volcán
Entonces
lava fluyó inminente
desde un temblor
fundiendo el barro
y el tambor

II
Consumidos
después del ardor
quedaron
tatuaje de ceniza
sobre la cama

III
Él
incorporado
se acercaba
boca cruel
discurso vacío
noche de París que no llegaba

Ella
lluvia cálida del sur
piel
fuego lento y arcilla
que amaba
derramada al más mínimo contacto de
Él
arrimándose a su cuerpo
no era ese nombre
ni ese rostro
inventado para invitarla a morir
Ella
Convencida
aferrada a una irrealidad
pensaba en el café del desayuno
y el cigarrillo nocturno
compartido sin hablar
Él
Indolente
sabía que sólo funcionarían
como cuerpo
todo lo demás era artificio
pérdida de tiempo.

IV
Ella
violencia contenida
esperaba la siguiente invitación
excusa bien preparada para la muerte
Él
en los próximos encuentros
siguió explorando con ingenio y habilidad
terrenos abruptos
llanuras y desiertos
Ella
piel desgajada
explotaba en sudores
Él
viajando por los bordes y el centro
confundiendo fondo con superficie
no sospechaba que

Ella
desaparecía sin remedio
se borraba involuntariamente
Él
la vio transparentarse en el aire
sin asombro
la dejó ir
consumida y desvanecida
en quejidos

V
Él
con esa calma que da rabia
sigue al acecho
Ella
Incorpórea
procura no aceptar
nunca más
una invitación a morirse
allí
donde nadie espera

jueves, 3 de julio de 2008

CUENTOS BREVES. MARÍA ELISA VERA.


CUENTOS BREVES
1
Las piernas caminaron hacia la cocina, tropezándose en la sala, con otras piernas enredadas en el humo. Al llegar, se juntaron con otras piernas cansadas del café y que insistían en ir hacia la ventana. Las piernas, percibiendo cierto disgusto por parte de las otras piernas, decidieron ir directamente a la ventana invitándolas para que ya no se quejaran. Por fin, después de mucho aire frío y boleros, se fueron a acostar. Ya en la cama, las piernas buscaron confundirse con las otras piernas, las cuales protestaron porque estaban cansadas de tanta samba y guaracha, por lo tanto las piernas se fueron iracundas, optando por enredarse con las otras piernas de la sala que contentas vivían entre el humo.
2
Sin saber cómo, la boca había pronunciado esas palabras que hirieron tanto al corazón. No era que boca quería decirlas para dañar; es que corazón, en lento compás, tenía semanas provocando a la boca para que escupiera semejantes insultos. Corazón, sin sospecharlo, había estado empujando desde abajo, una rabia envejecida, disparándola con golpe seco, trayendo como resultado que un montón de palabras salieran, en forma de ofensas, desde la boca que sólo quería besar.
3
Sin ningún problema dominaba el cerebro a los demás órganos. Hasta que un día, por un extraño accidente, se produjo una rebelión. Uno de los órganos, venía desde hacía tiempo, convenciendo cautelosamente a los demás de que ensayaran movimientos propios y no sé cuántas cosas. Al fin, logró persuadirlos y enfurecidos los demás órganos se movieron sin órdenes, a su antojo, era una revuelta espantosa. Al principio, el cerebro trató de solucionar el problema, argumentando que era inútil hacer lo que hacían, si antes todo funcionaba perfectamente y nadie nunca se había quejado; que si armonía, que si la felicidad, que si la paz, bla bla bla. Luego abandonó las vías pacíficas, como era de esperarse. Gritó y ordenó con violencia que obedecieran, amenazó con parar sus funciones básicas para que ningún movimiento fuera posible, y lo hizo triunfante durante un tiempo.
Como se aburría enormemente, reanudó las funciones que habían paralizado a los demás órganos. Fue peor. Daba vergüenza ver tanta desobediencia. El corazón aceleraba y detenía su marcha, creando ritmos, según su antojo. Las manos se arreguindaban y tomaban cuanto se les ocurriera, irrespetando los bienes ajenos. Las piernas, en acuerdo tácito con los pies, cabriolaban todo el tiempo porque siempre les gustó aquel cuento del ballet; al igual que el vientre que hacía la tan anhelada danza voluptuosa y descarada. Mientras el cerebro maquina qué más puede hacer para que esto se acabe, los demás órganos piensan que lo peor ha pasado y están muy ocupados inventando la vida, ahora, que se mandan solos.

LIBER AURICULARUM. PINIPÓN.


LIBER AURICULARUM.
Muchas veces pasa que descuido más de lo necesario mi apariencia y, cuando me paro frente a un espejo, me doy cuenta que apenas se me ve una esquina de cada oreja, por eso pensé dales un regalito hablando de ellas con la gente.
Bueno, lo primero que quiero decir es que antes, pero muy muy antes, hasta más que mis abuelos, las orejas se llamaban auriculam (sí, cada una, no sé cómo se entendían con eso), pero como a nosotros nos importa más comer que hablar bien, pues nos tragamos una que otra letrica de ahí y listo: si mentendiste, vamos bien. Terminaron por llamase oreja (otra vez cada una) y orejas (con un suspiro a lo último) cuando andan en equipo.
Pero si lo del nombre es curioso, más fino es cuando te dai cuenta que adentro tienen cosas que todavía no entiendo cómo caben ahí, y además, sin que me duela. Me refiero al yunque, al martillo, al caracol y hasta un vestíbulo (cosas que le quedan a uno de cuando estudió primaria; pero hasta ahí, porque ni la más mínima idea de lo que hacen). Esto da pie, por ejemplo, a que uno se pregunte si en ese vestíbulo hay algo o alguien que recibe a otros algos o álguienes. O si ese yunque y ese martillo fabrican muy quedos toda la cera que se desbordaba y yo lucía sin saber, hasta que una niña coqueta del salón me acusaba con la maestra y le hacía pasar mucha pena a mi mamá. O también, si ese caracol suena como el viento de la playa y que se parece mucho al que se oye a veces en mi casa.
Como ven, la cosa es bien confusa.
Otra cosa que también me gusta mucho dellas (y que yo sé que Uds. saben), es que puedo oír cosas que me gustan: el grito de gol, el eterno silbido de mi papá, las carcajadas de los bebés (o de quien sea), el mini terremoto de mi maquinita de espresso, el charrasquéo de las guitarras, el tilín del tenedor chocando con el plato, y así, un montón de cosas más.
¡...y los poemas! Casi se me olvidan. Ellos suenan y hay muchos que me gustan porque vuelan por el aire, hablan con el algo o alguien del vestíbulo y siguen padentro del oído, y como me gusta, me río sin que me de cuenta. Yo creo que debe ser algo así como cuando me dijeron que dijera rápido y muchas veces "vaca, gandola, vieja", y cuando voy a ver, estaba diciendo otra cosa y los demás se reían y después yo también. A lo mejor esejel truquito de los poetas: ponen a cagar a las viejas diciendo otra cosa y listo, pasan a la Historia con "H" mayúscula.
Y la vez que un profesor dijo en clase "el jazz ya es otra cosa". No me acuerdo de lo que dijo antes ni lo que siguió a esa frase, pero esas 6 palabras se metieron tipo flechazo en los oídos y se construyeron una casita en alguna parte de mi cabeza. Claro, de más está decir que me reí ahí mismo, así como cuando te llegan las ganas de estornudar y ¡achú!, lo soltái todo sin pensalo mucho; bueno, así.
Yo no sé si esto que voy a decir es nuevo o una suerte de revelación, pero se me ocurre que la risa empieza en los oídos. Bueno, no siempre, pero sí muchas veces. Sea como sea, yo como que debería estar más agradecido y cortame el pelo más a menudo, así ellas... o ellos (qué sé yo) podrían guiarme mejor y yo podría practicar, por fin, mi caminar hombruno, a lo estrella de televisión.
Por cierto, ahora que digo "televisión", me acuerdo de uno de mis hermanos que decía "tevilisión"; y este recuerdo me lleva, a su vez, a acordame cuando unos chamos de por la casa me preguntaron por qué "semáforo" y no "semáfaro", si ésta hasta lleva incluida el faro. Claro, ahora me parece fino, pero en el momento me lancé una de licenciado en Letras, bien grillúo (o ufano, si prefieren), y les salí con que si el griego y la contigüidad fónica y toesa paja. ¡Qué bolas! Como pa que dijeran "Miguel si sabe".
En fin, mejor retomo lo de los oídos antes que termine hablando de café o de fútbol.
Hay otra cosa respecto a las orejas, bien sinvergüenzona, por cierto... aunque mejor no, me da pena y sería como una traición; además, yo más bien soy tipo tranquilo y ya, pues. Lo único que les digo es que tiene que ver con chamas, besos, cosquillas y, por supuesto, orejas.
Bueno, eso es todo.
Yo creía que iba a ser más difícil hablar de los oídos solamente, pero a la final no fue tanto; aunque acepto que a veces me iba pa otras cosas, pero bueno, siempre tenían alguna relación con mi tema.
No, ahora sí. Es todo.
Gracias.

Miguel///Pinipón
Maracaibo25-29/02/2008.

domingo, 1 de junio de 2008

DISECCIÓN POÉTICA... (REEDICIÓN). IV. LA PRESENTACIÓN.

Hola.
El morbo cunde en la ciudad. ¿La prueba? Tercera ocasión en que nos reunimos y la gente continúa prestándose para estas per-versiones.
Para esta reedición de la ya mítica Disección poética de la anatomía perversa nos pidieron escribir una –cito- “semblanza” de Per-Versos[1]. Muy bien; seamos francos: es mayor lo que viene, lo que nos falta, que lo que llevamos andado. Pero si es necesario, ahí va: en principio, se trata de tres personas: Adriana Prieto, Luis Ángel Barreto y Miguel Ángel Hernández (o Pinipón), que se dieron a la tarea de convocar a un grupo de gente que, en determinado momento, empezó a revolcarse con las palabras y le gustó la cosa. Sin embargo, dejemos algo claro: Per-Versos no son sólo estas tres personas; según el DCDP (o Diccionario Común de Perversiones), perverso es toda persona que se presta para las perversiones de Per-Versos[2], así que nadie aquí se salva.
Continuando, vale decir que hasta el momento hemos organizado 3 lecturas colectivas:
1.- Per-Versos, llevada a cabo el 06 de septiembre de 2007 en la Librería del Sur.
2.- Disección poética de la anatomía perversa, realizada el 28 de marzo de 2008, también en la Librería del Sur.
3.- Ésta, que es la reedición de la anterior, pero con nuevo espacio, nueva fecha y un par de nombres adicionales (como quien dice, versión 2.0).
Respecto al nombre que a tantos preocupa:
1.- “Versos” remite a poema, canto, poesía, lírica, etc. Es decir, queda claro que la cosa apunta a lo literario.
2.- El guión, que separa la palabra y colabora con…
3.- “Per”, prefijo que pervierte el sentido de la palabra “perversos”, la original, y de “per-versos”, la que nos inventamos[3]. Es decir, nada está muy claro, en realidad. Aunque si fruncimos un poco el ceño, podemos llegar a cosas como que “per” se ha de entender como la preposición “por”, con lo que se puede hacer una lectura final y cuasi romántica donde estas personas trabajan por los versos.
Entrando estrictamente en la actividad de hoy, se trata de una lectura colectiva que, en cierta forma, hemos condicionado: el tema de los textos debe ser el cuerpo o una parte de éste. La razón: hacer ejercicio forzando la escritura, llevándola a lugares que probablemente no son los frecuentes. En consecuencia, aun conociendo la escritura de los participantes sería arriesgado predecir lo que se viene. ¿Puede haber una mejor expectativa que ésta?
En nombre de Per-Versos, sean bienvenidos y de nada.
Pinipón
Mayo, 2008

____________________
[1] La verdad es que Per-Versos no tiene ni semblante.
[2] Ahorita explotamos a fuerza de tanta “P”.
[3] Es en serio, en cualquier momento salimos volando por el aire.

DISECCIÓN POÉTICA... (REEDICIÓN). III

Ruperto Chacín
Lucía Borjas
Hora de celebración

DISECCIÓN POÉTICA... (REEDICIÓN). II

Daisy González
Luis Ángel Barreto
María Elisa Vera
Elianet Laguna
Mónica Castellano

DISECCIÓN POÉTICA... (REEDICIÓN). I

Sacha López
"El respetable" (¿?)
Nicanor A. Cifuentes
Miguel Ángel Hernández (Pinipón)
Maryluz Núñez

domingo, 11 de mayo de 2008

REEDICIÓN: PER-VERSOS # 2


Ahora llevamos la Disección poética de la anatomía perversa a la Biblioteca Pública del Estado.
Para ver bien la información, hagan clic en la imagen.
Saludos y gracias por el apoyo.
Miguel (Pinipón)
Unidad de Imaginería Perversa y Absurda
Per-Versos, C.A.
:)

domingo, 30 de marzo de 2008

PER-VERSOS # 2: DISECCIÓN POÉTICA... (Parte 3)


Ruperto Chacín
Luis Ángel Barreto
Miguel Ángel Hernández (Pinipón)
Maryluz Núñez

PER-VERSOS # 2: DISECCIÓN POÉTICA... (Parte 2)


Daisy González

Darío Tello
Julio Alberto Puche
Mónica Castellano

PER-VERSOS # 2: DISECCIÓN POÉTICA...

Volante

De izq. a der.: Luis Ángel Barreto, Nicanor A. Cifuentes, Lucía Borjas,


María Elisa Vera y Miguel Ángel Hernández (Pinipón)


Nicanor Alejandro Cifuentes


María Elisa Vera


Lucía Borjas